A diferencia de la extracción mecánica de aceite mediante prensas de tornillo o expulsores, en la extracción con disolventes el aceite se elimina de la materia prima utilizando un disolvente como hexano, etanol o fluidos supercríticos como CO2 o vapor de agua. La extracción con disolventes es especialmente adecuada para capacidades de procesamiento mayores, a partir de aproximadamente 100 t/día, y ofrece mayores rendimientos de aceite en comparación con la extracción de aceite con prensas de tornillo. Sin embargo, el proceso también conlleva ciertas pérdidas en la calidad del producto y requiere mayores inversiones en sistemas, sobre todo debido a la complejidad del proceso.
Dependiendo del material de partida, del producto final deseado y de otros requisitos como la bioverificabilidad, se plantean diferentes disolventes y son necesarias diferentes etapas de pretratamiento de la materia prima.
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